martes, 25 de diciembre de 2012

CUANDO LOS TEBEOS FELICITABAN LA NAVIDAD



¿Influye la Navidad en los Cómics?¿es una temática recurrente para sus argumentos?¿hay, en verdad, cómics navideños?. Lo cierto es que podemos contestar “si” a todas estas preguntas y a otras en similar sinfonía, ya que el Cómic ha estado tan cercano a la vida cotidiana durante décadas que no podía dejar de reflejar la Navidad en sus páginas de una u otra manera. Los primeros cómics, habitualmente seriados, hacían aparecer la Navidad en su momento temporal, es decir, si el personaje pertenecía a una tira diaria de periódico, reflejaba en sus historias las diversas épocas del año, por tanto si en verano la acción propiciaba una barbacoa en el jardín, la misma cena en diciembre se transmutaría en comida navideña. Del mismo modo la ambientación también iba acorde y era habitual encontrar calles nevadas, compras de regalos, etc. La época dorada del comic book y sus superhéroes, también fue escrupulosa con este criterio, sobre todo Marvel que en la búsqueda de hacer más y más creíbles y cercanas las aventuras de sus personajes, propiciaría que en sus cómics no solo aparecieran reflejadas las estaciones del año tal cual discurrían temporalmente, incluyendo celebraciones del 4 de julio o navideñas, sino que incluyeron personajes de la vida real y se hicieron eco del devenir político y social de su país. Sin embargo, la aparición de los números especiales fueron cosa de los años ochenta y no eran específicos de la Navidad. Con todo, por cercanía y afinidad hemos de dedicar un espacio a las publicaciones “especiales” en nuestro país. Su época dorada fueron las décadas de la posguerra, cuando en vez de cómics los llamaban tebeos. En aquellos años se hizo tradicional que las series más populares gozaran de números extraordinarios que solían publicarse con motivo de las Navidades, Reyes o en otros periodos vacacionales como Semana Santa o vacaciones de verano. Bajo la denominación de “Extraordinario de Navidad”, “Almanaque de Reyes” o “De Pascua” nos encontrábamos un tebeo en distinto formato, en vez de apaisado como era habitual, aparecía en formato vertical, tamaño A4 aproximadamente, con más páginas y, lógicamente algo más caro. En el interior, una aventura nueva y autoconclusiva del héroe de la serie y muchos más complementos, pequeñas aventuras de otros personajes, amenidades, pasatiempos, juegos, etc. que si se publicaba en navidades tenía la lógica ambientación. Era un producto verdaderamente “extraordinario” que alegraba los días vacacionales. Recordando estas entrañables publicaciones aprovecho para desearos, Felices Navidades y un Próspero 2.013.


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